En salmuera. La preocupación se extiende en los predios de Llankasun Kuska toda vez que hasta el momento el actual alcalde de San Jerónimo y potencial candidato por esa agrupación, Henry Palomino Rincón, continua “deshojando margaritas” y aún no decide ponerse en el pecho el logo del pico con el puño del mencionado movimiento regional.

Al parecer el “chip político” de Palomino Rincón se limitaba solo hasta la alcaldía de la provincial de Andahuaylas -que por cierto aún no pierde de vista- pero el haberle ofrecido la cabeza de lista para que lidere Kuska al gobierno regional, parece que le ha resultado bastante grande.

Lo cierto es que varios integrantes de esta organización han expresado su preocupación por la falta de liderazgo en esta etapa de cubileteos y alianzas fugaces.

Pese que Henry Palomino tiene el camino despejado (en otras palabras, la mesa servida) para lanzarse a la arena política y una oportunidad para llegar a la máxima encargatura regional, aún no toma una decisión.

A estas alturas temerle a los “pasivos políticos” que podría acarrearle la situación de Oscar Rojas, es una incorrecta lectura, porque lo sucedido y que es el centro de las críticas, se produjo en otro momento y en distinta coyuntura política.

Un segundo nombre habría aparecido en el firmamento de los “kuskas”, el del economista y exrector de la Unamba, Alejandro Narváez, aunque su propuesta parece sacada de un libro de mitos y cuentos, se asoma en este ínterin de incertidumbre política, donde todo vale.  

Que sea verdad o una mentira especuladora, eso lo sabe únicamente el madrugador de Oscar Rojas, aunque con él no se cumplió este refrán “Quien madruga, Dios lo ayuda”, sino le cayó otro como anillo en el dedo “No por mucho madrugar, amanece más temprano”.

La cuenta regresiva está activada y el tiempo se le estrecha a Palomino Rincón. Es ahora o nunca.